El programa pide construir 14 viviendas de uno, dos y tres dormitorios en un solar entre caseríos en el municipio de Izurtza, además de los correspondientes aparcamientos y trasteros. Para evitar que la edificación se lea como un bloque de vivienda social, la opción de proyecto, fundamental para la imagen resultante, pasa por dividir la volumetría en dos para que el grano, el tamaño de las piezas, se integre mejor con el de los caseríos. Ambas piezas estarán conectadas por el aparcamiento común, en el que también hay plazas para gente que no vive en la promoción, con lo que se requerirá de un segundo acceso, desde la calle. Voluntariamente, uno de los volúmenes es mayor que el otro, y se presentan girados a 90ª entre sí, para coser mejor la operación. Todas las viviendas (excepto dos de ellas) tienen los salones orientados a sur, las que pueden con jardín y las que no, con una galería corrida o terrazas con persianas móviles que ayudarán a determinar la imagen variable de conjunto. Los dormitorios se alinean en batería con vistas al paisaje. La disposición de la escalera de vecinos, paralela a la fachada por la que se produce el acceso, algo nada usual, hace que se “pierda” mucho menos espacio comunitario, con lo que la rentabilidad en m2 es superior. Las viviendas de la planta superior aprovechan las pendientes, bajo cubierta, para generar una mayor volumetría con la consiguiente riqueza espacial y relación interna entre las piezas. Todos los apartamentos disponen de vistas y ventilación cruzadas. En colaboración con Octavio Mestre y Josep Ribas
