Concurso ganado frente a cuatro despachos de arquitectos, donde la apuesta del proyecto fue dar la máxima importancia a los escaparates de las tiendas. La reforma que se nos proponía, era la de un cambio de pieles e iluminación, donde se incluían los pavimentos, revestimientos de paredes y falsos techos. En las paredes se escogió un porcelanato, de 3mm de espesor, de color negro, el mismo que se puso en el suelo, pero de color gris oscuro. Para el falso techo se eligió una plancha metálica micro-perforada de color gris plata, con un foseado perimetral que remarcaba el aspecto de plano exento. En el caso de la iluminación, se adoptaron dos caminos, el de la luz puntual, creando manchas sobre el pavimento, y el de los pilares y la núvula central, que a base de leds, cambian las tonalidades del centro. Uno de los elementos, del que los visitantes ya ni se acuerdan, es la antigua escalera que dividía el gran atrio central, y que al eliminarla, se amplió la profundidad espacial del cuádruple espacio. En colaboración con Octavio Mestre Arquitecto
